La harina de almendras, como su nombre indica, está elaborada a base de este fruto seco, tiene un sabor delicado y ligeramente dulce, además, contiene múltiples propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Es una alternativa excelente para las personas celíacas o intolerantes al gluten. A continuación te decimos cómo incluirla en tus recetas de cocina.
Esta harina contiene mayor cantidad de fibra que la de trigo o cualquier otro tipo de harina blanca, además de grasas saludables. Esto gracias a que la mayor parte de la grasa que contiene es monoinstaurada, convirtiéndola en una aliada para el corazón y el colesterol “bueno”.
Debido a las propiedades de las almendras, la harina funciona bastante bien para reducir la cantidad de azúcar en la sangre, mejorar el metabolismo y brindar energía para todo el día, gracias a su alto contenido de vitamina B2 (riboflavina).
- La riboflavina en las almendras desempeña un papel esencial en la producción de energía, la creación de glóbulos rojos, la función celular, el crecimiento y el desarrollo.
- Son ricas en magnesio y cobre, lo que ayuda a eliminar los radicales libres para que la energía dure mucho más tiempo.
- Aumentan los niveles de antioxidantes en sangre.